El auditorio del Azkuna Zentroa de Bilbao ha acogido la proyección del documental “Ellas primero: pioneras de la gastronomía vasca”. La actividad, enmarcada en la estrategia foral Emakumeak de la Dirección de Igualdad, busca reconocer el papel fundamental de las mujeres en una disciplina históricamente eclipsada por hombres.
La cinta, dirigida por Marian Gerrikabeitia, logra una experiencia única e inspiradora que sumerge a la persona espectadora en el fascinante mundo de las pioneras de la gastronomía vasca, mujeres cuyas historias y contribuciones han quedado en gran medida invisibilizadas en los índices de libros y revistas.
A través de entrevistas e imágenes de archivo, el documental revela sus luchas y triunfos. Un trabajo que celebra la rica herencia culinaria vasca y destaca la necesidad de reconocer y honrar a las mujeres que han allanado el camino en un mundo históricamente dominado por hombres.
La periodista Ana Vega, Premio Nacional Gastronomía Vasca 2018, ejerce como hilo conductor de este homenaje a todas las mujeres del pasado y del presente, que desde sus cocinas han contribuido a la creación de uno de los recetarios más exquisitos que existen en el mundo, el de la cocina vasca.
Emilia Galiano, Josefa Basterra, Emilia Dañobeitia, Nicolasa Pradera, Úrsula, Sira y Vicenta de Azcaray y Eguileor iniciaron un camino. Fueron pioneras capaces de captar la esencia de la tradición culinaria aprendidas de sus madres o maestras, a la que añadieron toques de modernidad de otras cocinas de fuera. Nieves Barragán, Zuriñe García o Elena Arzak, entre otras, han continuado con el testigo de su legado.
Pese a los logros alcanzados por estas mujeres, es un hecho cierto que gran parte de la sociedad desconoce de la existencia de las grandes mujeres profesionales de la gastronomía vasca, pese a tratarse de una de las que más y mejores nombres femeninos ha dado a lo largo de su historia. Siendo su labor tan fundamental, nunca fueron nombradas, reconocidas, ni estudiadas en las escuelas de hostelería. Como si la cocina vasca sólo fuera cosa de hombres.
El camino hacia la igualdad real continúa. Y seguimos necesitando espacios de encuentro, de trabajo compartido, de visibilidad.